1. Si eres grande, fuerte y te mandan a defender, no esperes a tu rival: atácalo, retrásalo, pega tu cuerpo al suyo y no le permitas voltear. Norma fundamental: como no hay mucho espacio, ¡no se lo cedas al rival!
2. No necesitas ser un súper dotado con la pelota. Es cuestión de ser inteligente y leer las intenciones. Esto es muy importante en el siguiente punto: movilidad constante. Si te quedas parado, jamás serás opción de pase. Entonces, si ya era difÃcil que te la den, será imposible si no eres ágil.
3. Si no sabes hacia dónde moverte, ¡ve a las bandas! Si te ven siempre abierto a un lado, le das espacio a la jugada, le permites una opción que nadie tiene, y quedarás de cara al gol.
4. Cuando eso suceda y tengas la pelota lista para definir, ni se te ocurra complicarte. El espacio es reducido y el tiempo para pensar es corto. Además, los arqueros no suelen ser arqueros de verdad.
5. En el fútbol es importante que nunca, nunca te ‘regales’. ¡Nunca! Barrerte antes de tiempo, son errores imperdonables. Concentrado, con la mirada fija en la pelota. No le permitas pasar. Que pase la pelota o que vaya a los costados, pero jamás hacia adelante.
